Sabía que el tiempo no era mi mejor aliado y antes de que nuevamente me retrasara y tuviera que regresar a la capital del estado, viajé al pueblo de Umuquena, cabecera del municipio San Judas Tadeo.
Llegar a Umuquena desde La Grita implica atravesar una carretera rural con buena parte de su trayecto sin asfaltar. Pese a mis esfuerzos, llegué a las 5 pm al pueblo porque las lluvias de anoche afectaron seriamente la vialidad y, como es normal cuando uno está afanado, estaba cerrada la carretera por obras de la maquinaria de la Gobernación.
Gracias a Dios, muy a pesar que no pude realizar mi trabajo de campo en la zona, el presidente de la comisión de empresarios de Umuquena tomó la previsión de adelantarme los documentos que necesitaba y con ello pude hacerme una idea de las condiciones del empresariado e inicié mi labor.
En lo que concierne a Umuquena, sin llegar a ser despectivo, me parece que no cuenta con ningún atractivo que valga la pena mencionar; bueno, tiene su mérito par de estatuas que aparecen en la vía de que comunica con La Grita y en la entrada al pueblo; la primera de ellas corresponde a la Virgen de Coromoto y la segunda es San Judas Tadeo, esta última con un triste recuerdo para los tachirenses ya que no hace uno o dos años fue testigo mudo de un lamentable accidente cuando el chofer de una unidad de transporte perdió el control y volcó el autobus causándole la muerte a quince personas.
Preferí quedarme a dormir aquí porque sé que si me dirigía a Seboruco más tarde, muy probablemente no encontraría donde descansar y la verdad, no vale la pena arriesgar la vida en carretera cuando el clima está tan variable.
Bajando de La Grita por los páramos, a lo lejos la aldea Guanía
Escuela y capilla de Guanía
La Coromoto en el páramo
Río Las Talas a escasos kilómetros de Umuquena
Samán de Umuquena
San Judas Tadeo, patrono del municipio homónimo del cual Umuquena es su capital
Iglesia de Umuquena