sábado, 18 de mayo de 2013

Punto Fijo, Falcón

La noche del jueves nos limitamos a comer y a descansar. Es extraño pero aquí parece vivirse un ambiente de eterna algarabía todos los días. 
Punto Fijo es una urbe muy bien conformada beneficiada de la actividad comercial que genera el hecho de ser puerto libre.
Nunca habíamos estado en esta ciudad pero sí habíamos escuchado mucho de ella y a decir verdad, seduce su comercio y nada más.
La ciudad está repleta de Centros Comerciales y tiendas, todos ofreciendo rebajas. Lo más costoso es el alojamiento y la comida porque paradójicamente las instalaciones hoteleras son mínimo tres estrellas y ofrecen una gama de servicios que benefician el placer pero perjudican el bolsillo. Aunque, claro está, que el que va allí va a gastar.
Estuvimos todo el viernes recorriendo la ciudad y buscando ofertas en lo más necesario para la casa allá en Turmero, souvenirs para nuestras familias en San Diego de los Altos y en San Cristóbal y dándonos gustos con moderación eso sí...
Las niñas han disfrutado muchísimo de sus vacaciones adelantadas y eso me alegra porque no todo el tiempo se puede pasear en familia y aunque se que muchos me juzgarán de irresponsable por no dejar que mis hijas concluyeran el año escolar, considero que mis hijas están más adelantadas con respecto a la educación tan lamentable que ofrece la escuela donde las inscribí.
De las muchas fotografías que tomé, pocas son para la exhibición, por así decirlo, ya que son meramente familiares, les ofrezco estas pocas de los distintos destinos donde estuvimos.

 Amanecer con vista a la Catedral
 Iglesia San Nicolás de Bari
 Ensenada Las Piedras
 Base Naval Bebedero Quieto
 Redoma de bienvenida a Punto Fijo
 Iglesia Sagrado Corazón de Jesús
 Bahía de Carirubana
 Gaviotas en su bote
 Ocasos de Venezuela
 Inolvidables estos atardeceres

Cabo San Román, Falcón

Luego de esa memorable mañana en Los Monjes, mis amigos de la Armada me trasladaron hasta Puerto Escondido, algo así como una aldea ubicada en el extremo más septentrional de Sudamérica y que, como les dije anteriormente, es uno de esos tantos lugares exóticos que tiene mi país.
No me quedó muy claro el nombre real de la zona, para algunos este es el Cabo San Román, para otros es Puerto Escondido; sin embargo debo reconocer que sus playas son inigualables. 
Llegué allí a eso de las tres de la tarde, buena hora todavía para darse un chapuzón mientras esperaba la llegada de mi familia desde Punto Fijo, de donde me habían dado la certeza de haber encontrado un hotel donde instalarnos esa y la noche siguiente.
El Cabo San Román, de aquí en adelante lo llamaré así, cuenta con playas que son frías pese a las altas temperaturas bajo las que se encuentra la Península de Paraguaná en estos días. 
En un pequeñísimo recorrido que hice pude notar que además de las playas, los destinos de interés son más bien pocos. Resaltan la Cruz de San Román, algo deteriorada por estos días; el rompeolas y el faro del Cabo, instalado estratégicamente en el extremo más al norte del continente.
Desde aquí es posible ver las luces de Aruba en horas de la noche, este espectáculo es una de las razones por las cuales se reúnen muchas personas provenientes de diversas regiones del país y esperan horas y horas hasta la puesta del Sol.
Al llegar mi familia, me limité a comer unas empanadas de cazón y a efectuar la operación retorno hasta Punto Fijo. Fueron dos horas de viaje más pero definitivamente, el día fue anecdótico.

 En el rompeolas del Cabo San Román
 Anuncio de llegada al Cabo
 La otrora cruz blanca del Cabo carece de mantenimiento
 Casa de pescadores
 Playas memorables e inolvidables
 El barco encallado de Puerto Escondido
 Últimas luces del día en el Faro
 Cae el Sol
 Ocaso en el Cabo San Román

Desgraciadamente ese jueves Aruba no se vio.

Archipiélago Los Monjes

Una de las fechas que guardaré en mi memoria por ofrecerme uno de los privilegios que pocos venezolanos podemos contar es conocer el Archipiélago Los Monjes ya que está reservado única y exclusivamente a personal militar destacado allí y a algunos pescadores provenientes de las Penínsulas de La Guajira y Paraguaná. 
La presencia militar en la zona es relativamente nueva, ello a consecuencia de los incidentes con la vecina República de Colombia cuando desplazó la corbeta Caldas a aguas venezolanas buscando reclamar estas islas, las cuales ya, a través de dictámenes del Tribunal de La Haya asentaron que fueron, son y serán de la República Bolivariana de Venezuela.
Gracias a algunos contactos con amigos de la Armada pude llegar a esta parte de mi país tan recóndita para muchos de nosotros. Lo único lamentable es que este viaje lo pude hacer sin la presencia de mi esposa y mis hijas, quienes se trasladaron a Punto Fijo a hacer algunas compras.
El viaje lo hice el día jueves a primeras horas de la mañana y el retorno fue a mediodía, llegando al Cabo de San Román, el punto más septéntrional de Sudamérica, otro de los motivos de orgullo de mi país.
En medio del mar y en la distancia Los Monjes son un conjunto de rocas que sobresalen en el azul del Caribe. Son islas inhabitadas y los motivos del por qué conservan esta condición quedan más que claros al observar lo agrestes que son estas tierras.
No existe vegetación ni animales, apenas algunas colonias de aves de mar se adaptaron a las difíciles condiciones del lugar. El mar constantemente está "picado" y el oleaje es muy fuerte, tal vez porque estamos próximos a la temporada ciclónica en el Caribe.
Cuentan estas islas con un puerto pesquero y con un faro, edificaciones que comparten lugar con los predios militares.
Al llegar al tope del faro se guardan imágenes memorables de la grandeza de la creación y de lo privilegiados que somos los venezolanos de contar con tantísima diversidad de ambientes y biomas, modestamente creo que despertamos la envidia de muchísimos en el planeta.
Aquí les dejo algunas tomas de Los Monjes.

 Llegada al puerto de Los Monjes
 Vista del Faro y las instalaciones militares venezolanas
 Antiguo faro de Los Monjes
 Nuevo faro, luz de nuestra soberanía en el Caribe
 Vista del helipuerto desde el tope del faro.
 Vistas desde el faro
  Vistas desde el faro
  Vistas desde el faro
 Pelícano
 Pesqueros acantonados en la isla
 Saliendo de Los Monjes

Judibana, Falcón

El pasado miércoles salimos desde la casa que alquilamos en Villa Marina y viajamos a la localidad de Judibana que, al igual que Amuay y nuestro punto de partida, depende de la actividad petrolera.
Judibana es el último nexo de los asentamientos rurales hasta llegar a Punto Fijo, por ser esta confluencia de urbanismos, hay residencias y centros comerciales mucho más activos que los de otros puntos vistos en la Península de Paraguaná.
Sus playas no son tan turísticas porque los distintos barrios y urbanizaciones han crecido anárquicamente y le han restado mucha vistosidad. 
Entre las particularidades que tiene este pueblo destacan el monumento a la refinería, referencia obligada de lo que identifica la principal actividad comercial de la península. La iglesia también merece mención aparte ya que es una de las más hermosas que he visto en Falcón.
Destacan también dos clubs donde se desarrollan una serie de actividades recreativas para, mayormente, los empleados de PDVSA. Es Judibana una de las localidades pioneras en el uso de la tecnología termoeléctrica, muestra de ello lo hace el uso de las aguas de la laguna Judibana en electricidad a través de la Planta Josefa Camejo.
De regreso a Villa Marina encontramos un pueblito llamado Guanadito, el cual nos dio muestra de lo variopinta que puede ser la vida en este municipio de Los Taques. Por sus calles aún transitan récuas de ganado y, sobre todo, chivos. Muy bonita también es la iglesia local.
  
 Redoma de Judibana
 Monumento a la Refinería de Amuay
Panorámica de la Laguna Judibana y la Planta Termoeléctrica Josefa Camejo
 Termoeléctrica Josefa Camejo y sus torres de conducción
 Club Bahía de PDVSA
 Instalaciones de Petróleos de Venezuela en Judibana
 Iglesia de Judibana
 Bahía de Judibana, véase la cantidad de casas y ranchos que poblaron estas aguas
 Otra toma de las playas de Judibana
 Chivos de Guanadito
 Iglesia de la Virgen del Valle de Guanadito
 Atardecer en la vía de Guanadito a Villa Marina

Amuay, Falcón

Dadas ciertas circunstancias que ameritan mi atención, me veo en la necesidad de escribir de ahora en adelante solo una vez por semana, esto como una medida temporal mientras estabilizo el control de mi servicio de internet el cual recientemente y por primera vez, me da problemas.
Colocaré los distintos destinos que visitemos en orden diario y, a medida que vayan leyendo notarán la secuencia de los días. Bueno, basta de explicaciones que menosprecien su inteligencia, aquí les relato...
El martes pasado estuvimos en Amuay, pequeño pueblo de la Península de Paraguaná ubicado en el municipio Los Taques.
Es una localidad pequeña que poco a poco va urbanizándose pero que, sin embargo, juega un papel crucial en la economía venezolana ya que en ella se ubica la principal refinería de petróleo del país, diciéndose también de dicha refinería que es objeto de controversia y punto de mira de locales y visitantes debido a los recientes y reiterados accidentes industriales que más allá de pérdidas materiales, ha cobrado vidas humanas y ha puesto en tela de juicio la forma en la que se manejan dichas instalaciones.
Amuay, de no ser por la refinería, dependería de la pesca y del turismo. Sus habitantes son personas muy cordiales y abiertas al trato con el visitante procurando siempre enseñar las locaciones que a su entender, llaman más la atención.
El pueblo se puede recorrer en apenas quince minutos y a decir verdad, lo más llamativo son sus playas, las cuales tienen un llamativo plus cuando cae la tarde con idílicos panoramas que valen la pena observar. 
Su ubicación geográfica se instala en una suerte de hondonada en la península, siendo posible divisar la magnitud de la localidad desde su entrada. Aquí les dejo algunas tomas de Amuay.

 Entrada a la localidad de Amuay
 Captura de la localidad desde la ventana de mi camioneta
 Amuay vista desde la izquierda del cerro
 Amuay vista desde la derecha del cerro
 Playa de Amuaycito, desde aquí es posible divisar las instalaciones de la refinería
 En uno de los tantos rincones de la playa, esta imagen es un lujo de lo que nos deja el paso del tiempo
 Esto es lo más cerca que pude estar de la Refinería de Amuay
 Instalaciones de la refinería desde Amuaycito
 Entre la pesca y el petróleo, así se vive en Amuay
 Atardecer idílico en unas playas poco frecuentadas