lunes, 28 de febrero de 2011

Bariro, Falcón

Hoy no fue un día muy bueno para mi. La noticia del día me fue dada por medio de un mensaje de texto al celular bien avanzada la noche de ayer domingo.
El agotamiento del viaje y el trajín de los últimos días ha hecho que el sueño me venza rápidamente y anoche no fue la excepción. Fue esa misma circunstancia la que me impidió contestar el mensaje que me envió el señor Freddy Rivera, gran amigo del pueblo de Cordero, en el Táchira, en donde me participaba sobre el fallecimiento de la señorita Anyela Prato Moncada, una de mis alumnas cuando dictaba clases en el liceo Alberto Adriani de la mencionada localidad.
Esta mañana me levanté y ante la noticia no pude hacer más que lamentar el suceso y bueno, seguir adelante con mis cosas. Pese a que con ella no existía una amistad grande ni nada, pues era una persona a la que admiraba no solo por su belleza, sino por su peculiar forma de cautivar mi atención. Apenas nos dirigíamos palabras, las necesarias, y su madurez e integridad me daban a pensar que era una chica bastante madura para su edad.
Aclaro, no soy ningún hombre mayor, apenas tengo 27 años.
En medio de la nostalgia por la pérdida de un ser querido, llegué a Bariro, pueblo de gran riqueza agrícola para Falcón pese a la aridez de sus tierras. Abundan los cultivos de leguminosas y tomates. Las granjas ganaderas son pocas pero abastecen completamente la demanda local.
Una vez más, la carretera es un desastre total en algunos tramos, lo que hace que uno olvide las partes feas de la vía son los paisajes y la embriagante soledad de gran parte de la vía.
El calor es abrasador y circula poco el viento, de modo que todo parece bullir bajo el inclemente sol falconense.
Una particularidad del lugar lo constituye el hecho de tener dos plazas Bolívar, tal vez símbolo de la idoneidad nuestra, de hacer las cosas a medias, me afirman que la más antigua iba a ser sustituida y llegada la fecha de hacer su demolición, se acabó el presupuesto y se dejaron las dos.
La iglesia es poco llamativa y sus casas son aún hechas con barro. Como en todo pueblo, todo queda alrededor de la plaza y bueno, eso limitó bastante que me motivara a conocer más del mismo.
Decidí quedarme aquí a descansar.

Carretera hacia Bariro
Tramo vial a la altura del sector Pata e'Gallo
La vía está en la mayor parte destrozada, esta es una muestra de lo que dejaron las lluvias del diciembre pasado
Parada de autobuses de Bariro, esta se ubica en toda la entrada al pueblo
Antigua plaza Bolívar
Nueva plaza Bolívar de la parroquia de Bariro
Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles
Desde Bariro contemplando el horizonte

domingo, 27 de febrero de 2011

Guajiro, Falcón

Varios días estuve descansando de mis obligaciones en San Agustín. Me quise adentrar en lo que era la vida del pesacdor venezolano y a decir verdad, es lo más de complicada.
No es hablar únicamente de levantarse temprano a ubicar el mejor sitio para la faena diaria, es difícil por las inclemencias del tiempo, por la contaminación, por el paso de los buques y como no, por el mismo turismo. No siempre la recompensa es buena y cuando eso pasa, es decepcionante tanto esfuerzo.
En el caso de salir todo bien, también dependen del consumo interno para subsistir; claro, todo lo malo es compensado por la riqueza única de ver por primera vez un amanecer en el mar. De escuchar los ruidos de los peces.
Tampoco se cambia lo dicharachero que es el venezolano en cualquier entorno, incluso en altamar y con una lluvia, las bromas no han de faltar en ninguna conversación.
La anecdota fue bonita y si se quiere salir del stress del trabajo, pescar es una opción. Ahora sí entiendo el significado de la pesca en las películas.
Hoy me dirigí nuevamente al sur del estado Falcón, más precisamente a trabajar con el municipio Buchivacoa.
El primer pueblo que conocí de esta localidad es Guajiro, localidad agrícola que, de acuerdo a relatos de los pobladores, ha sido desplazado varias veces por las crecidas del río Jordán.
En Guajiro lo primero que se ve es la Plaza Bolívar; esta no tiene mayor cosa con respecto las demás del estado, sencillamente un busto del padre la patria resaltado apenas por el tricolor nacional en la base del pedestal.
El pueblo tiene un diseño cuadricular propio de los modelos pueblerinos heredados de los españoles. La plaza Bolívar está rodeada por iglesia, comercios, policía y prefectura.
Guajiro es casi un núcleo urbano poco desarrollado y aunque hay cierta tendencia de crecimiento y expansión, la actividad económica parece no diversificarse y/o expandirse con las necesidades del lugar.

 Carretera de San Agustín hacia el sur de Falcón
 Fósiles en las rocas, parte del legado histórico de esta parte de Venezuela
 Hay partes del camino que sencillamente te quitan el aliento, esta es una de ellas, sin duda hace olvidar el precario estado de la carretera
 Y cuando la vialidad es más o menos transitable, el panorama tampoco es malo
 Calvario que da la bienvenida a Guajiro, está enclavado en la mismísima plaza Bolívar
 El Bolívar de Guajiro
 Viviendas de caña y barro de la región falconiana
 Vista desde el otro extremo de la plaza Bolívar
 Iglesia de Guajiro
 El tiempo pasa y deja sus huellas en cuanto rincón se mire de estas tierras y además, poco se hace para compensar el desgaste de las cosas
Río Jordán al caer la tarde

lunes, 21 de febrero de 2011

Casigua, Falcón

Sin lugar a dudas que el mayor privilegio de Falcón lo constituyen sus playas. Puede sonar algo airado, pero el interior del estado es bastante desconocido, desde su cultura hasta sus pueblos. 
La actividad económica del municipio Mauroa es bastante simple, no ha pasado de pequeñas granjas dedicadas a la siembra de zanahorias y algunas otras hortalizas; también hay algunas ganaderías pero con muy pocos animales.
Hablando de las playas, creo que es poco decir que este estado posee los mejores balnearios del occidente venezolano. Hoy tuve el gusto de conocer la primera de ellas, ubicada en el pueblo de San Agustín, y pese a que fue lo que estuve en dicha playa, puedo decir que la paz y la tranquilidad del lugar sólo es interrumpida por el sonido del agua y de las aves que revolotean en busca de alimento. 
San Agustín es una pequeña comunidad de pescadores que busca expandir sus horizontes comerciales con grandes piscinas dedicadas a la cría de camarones, producto que es exportado a algunas regiones del occidente y de los Andes. 
Más al sur se ubica otro pueblo de mayor importancia, se trata de Casigua, simil de muchas comunidades del municipio; lo digo por las pésimas vías de comunicación, los deficientes servicios públicos y a la escasísima densidad poblacional.
Casigua es una localidad que vale la pena explotar turísticamente dado su rico pasado y claro está, la cercanía de las playas también ejerce influencia en unas posibles alternativas económicas para el desarrollo del municipio.
Lo más llamativo es la iglesia, llama la atención que Falcón puede tener deficiente todo, pero las iglesias son de las mejores que he visto; se mantienen pulcras y bien ornamentadas, sin imágenes recargadas y con vitrales sencillos pero bien trabajados. 
Hay una casa donde Simón Bolívar se hospedó el 20 de diciembre de 1826. Casigua es uno de los pueblos que le guarda muchísimo cariño y respeto, como lo merece, al padre de la patria. 
Lo malo es que los recursos son escasos y si se activan algunas cosas, otras dejan de trabajar. En algunas zonas se hay intenciones de trabajar por un futuro más próspero, pero sin apoyo económico e inversión es imposible.
El viaje a Casigua fue agotador, pero el destino fue lo más relajante hasta la fecha. Aquí les dejo algunas tomas; quisiera que fueran más, pero el espacio es limitado y también el Internet porque aquí falla constantemente la red inalámbrica.

 Detalle de la vialidad en Casigua
 La iglesia vista desde la plaza Bolívar
 Casa donde se hospedó el Libertador a su paso por Falcón
 Atardecer en Casigua y qué mejor vista que la de su iglesia
 Busto en honor al Libertador
 Algunas de sus casas tienen más de doscientos años y aún siguen en pie beneficiando a los falconianos, en este modelo funciona un liceo
Cae el sol en San Agustín, memorable

domingo, 20 de febrero de 2011

San Félix, Falcón

Poco después de haber pasado unos días disfrutando de Barquisimeto con mi hermano, me dirigí a la localidad de San Félix, ubicado a gran distancia de la carretera Falcón-Zulia.
Para llegar allí hay que atravesar Mene de Mauroa.      
Las carretera es muy defectuosa, plagada de huecos y en la más pura soledad. La desasistencia de esta zona del país es algo común dado que ningún ente gubernamental, llámense gobernaciones, alcaldías, o en su defecto, el sector privado, quiere invertir en zonas tan poco pobladas; sin embargo, para mi, la confluencia de los estados Lara - Zulia - Falcón, debería ser aprovechada para la construcción de núcleos habitacionales que dieran solución al problema de la vivienda del país, aparte que descongestionarían las redes de servicios en las grandes ciudades y se fundarían nuevos ejes productivos.
El pueblo obtiene sus ingresos de algunas fincas ganaderas y pese a la aridez del ambiente, la soledad de esta zona cautiva.
Uno de los aspectos más resaltantes de San Félix es la plaza Bolívar, que pese a ser bastante modesta, es el sitio de esparcimiento de los moradores del lugar.
A pocos kilómetros me informaron de algunos pueblos de pescadores, la verdad no me atreví a viajar hasta allá por las condiciones climáticas desfavorables.
La iglesia está en muy buen estado y está dedicada a San Nicolás de Bari. 

 Detalle de la carretera que desde Mene de Mauroa conduce a San Félix
 Panorámica del pueblo desde la plaza Bolívar
 Busto en honor al Libertador
Iglesia San Nicolás de Bari

jueves, 17 de febrero de 2011

Mene de Mauroa, Falcón

Una vez más expongo mis memorias aquí, será nuevamente hasta dentro de dos semanas cuando me ausente de esta bitácora; en fin, desde el día de ayer estaba viajando desde el Táchira hasta el aeropuerto de Maiquetía y tras un viaje de apenas 40 minutos finalmente llegué a la capital de la república.
Aunque fue muy poco lo que estuve en Caracas, fue suficiente para que antes de salir de la terminal de La Bandera, fuera uno más en medio del pesado tráfico vehicular que nos tiene acostumbrado esta gran urbe. Fue una agonía de 30 minutos en medio del inclemente calor que azota esta zona del país en estos días y claro, con la compañía continua de las bocinas.
De Caracas viajé en autobús hasta Barquisimeto. Tres horas de camino y agradeciendo a Dios por haber encontrado boleto para el autobús de las 10 AM.
No sé si la experiencia ya le ha pasado a alguien más, pero me sucede que cada vez que tengo poco o nulo interés dee estar en un sitio, todo se confabula para que más y más me retrase. Lo digo porque cuando estaba en plena carretera hacia Carora, un lamentable accidente de tránsito entre una gandola y una vitara hizo que nuevamente el trayecto inicial tuviera un retraso de hora y media. El caso es que al llegar a Carora me dirigí al estacionamiento para retirar mi camioneta y la sorpresa es que uno de los laterales de la camioneta lo arrancaron los amigos de lo ajeno... Afortunadamente fue sólo un espejo y los propietarios del estacionamiento me cancelaron el daño al instante.
Desde ahí rumbo a este pueblo, Mene de Mauroa, cuna de la explotación petrolera en Venezuela y lugar de paso para los viajen entre Maracaibo y Coro. Aproveché para comer y beber en abundancia y a descansar.
No ahondaré mucho en lo que es el pueblo porque realmente fue muy poco lo que conocí de él. Solo puedo decir que el calor del lugar es muy fuerte, que el agua tiene sabor a cobre porque jamás han hecho cambio de tuberias y las que ahí ya están oxidadas en toda la localidad, que la vegetación es poquísima y que la gente es muy amable, eso sí lo debo realzar. Si digo algo más, especularía. Aquí les dejo algunas tomas de Mene de Mauroa.

 Valle de Mauroa desde la carretera
 Iglesia de Mene de Mauroa
 Bolívar en la capital del municipio
 Después de un largo viaje y en medio del calor, la represa de Matícora es un oasis de Falcón

miércoles, 9 de febrero de 2011

Altagracia, Lara

Como cosa rara aquí en Venezuela, gran parte de los proyectos se deben suspender para concluirse algún día, cuando nuevamente exista la disposición y la voluntad de ejecutarlos. Para mi no fue la excepción.
Esta mañana me disponía a regresar a la ciudad de Barquisimeto para ser atendido por algunos funcionarios del gobierno regional y concretar las citas con algunos directores de instituciones que conforman la sección autónoma e independiente del estado Lara, iba en plena carretera cuando fui notificado que ante la inminente interpelación al señor Henry Falcón, gobernador del estado, en la Asamblea Nacional, todas las audiencias de él y de sus instituciones estaban suspendidas hasta nuevo aviso dado que se avocaron a preparar el material con el que trabajarán en Caracas. Dicho de otro modo, tengo que llevar mi trabajo adelante y sin la supervisión de entidad alguna en el estado.
Sin embargo hoy, como para justificar mi viaje desde San Cristóbal hasta aquí, decidí quedarme hasta el próximo domingo y luego sí regresar a la capital del Táchira.
Como ya había recorrido uno diez kilómetros cuando recibí la infausta noticia, sencillamente decidí virar en uno de los tantos caminos que se abren en la carretera y que indicaban que en la dirección que tomé, se encontraban las instalaciones de las industrias Promar, reconocidas por la calidad de sus productos agrícolas, sobre todo en el área de los frutales.
los primeros kilómetros fueron de un total desconcierto ya que desconocía hacia dónde me dirigía, además de no divisar ningún tipo de cultivo, únicamente prevalecían los matorrales y la vegetación seca. Fue en ese momento cuando divisé un enorme y frondoso árbol de mango y a sus pies un refrescante pozo; unos metros más adelante se encuentra un pequeño letrero que anticipa la llegada a Altagracia. Kilómetros más adelante están los cultivos de Promar. Es la primera vez que veía un viñedo y aunque las vides no estaban en cosecha, se que el producto final es de altísima calidad.
El pueblo de Altagracia es sencillo y sería totalmente desconocido de no haberse asentado en estas tierras la mencionada industria. Cuenta con un número significativo de casas coloniales que están a punto de derrumbarse dado el poquísimo incentivo en la conservación, no solo de los sectores públicos y privados, sino de la misma comunidad.
Lo destacable es la iglesia, de ella sí puedo decir que está a otro nivel; sobre todo porque da un realce a las cuadras que la circundan y abre las puertas a la esperanza de que aunque sean pocos, sí existen altagracianos que se niegan a dejar morir al pueblo.

 El mango de la bienvenida
 Panorámica de la central de viñedos Promar
 Veredas del sector, como se ve, el calor es constante en estas tierras
 Capilla del cementario municipal
 Aquí yacen los altagracianos al final de sus días
 Iglesia de Altagracia
La iglesia y el pueblo al caer la tarde

martes, 8 de febrero de 2011

Carora, Lara

Después de mucho planificar mi venida a esta ciudad, finalmente pude cumplir con mi objetivo de visitar Carora.
La ciudad como tal es toda una joya cultural y arquitectónica que a decir verdad, me pareció de los mejores lugares que he conocido. Lo relamente sorprendente es que a pesar del tiempo, aquí existe un gran número de viviendas que datan desde la misma época colonial y claro, en la actualidad son parte del patrimonio del estado y funcionan como sedes de entidades públicas y privadas; pero, en fin, su conservación es lo resaltante ya que se encuentran prácticamente en su estado original. 
Carora tiene un lugar especial en la geografía de esta parte del país dada su ubicación estratégica entre ciudades más populosas como Barquisimeto y Maracaibo.
Viniendo desde Barquisimeto, lo primero que salta a colación en el ambiente es el denominado Portal del Sol, este sitio juega una suerte de oásis en medio del fuerte calor que acostumbra hacer en esta parte del país. Cuenta con una fuente que mana agua las 24 horas del día, un gran jardín y obviamente, como su nombre lo indica, un Portal construido a modo de fachada colonial. La verdad, desconozco si dicho portal era parte de un todo en la antigüedad, que no sería de extrañar dado su cierto parecido con la fachada del Hospital Vargas en San Cristóbal, pero sí debo reconocer que el conjunto hacen que la bienvenida a la ciudad ya sea agradable.
Carora es una de las pocas que tiene el honor histórico y poblacional, de contar con una Catedral, su estructura es colonial y como tal, bastante sencilla, me parece que es mucho mejor lo que hay en su interior ya que las figuras y el altar mayor están bellamente confeccionados.
Frente a la catedral está la plaza Bolívar, esta sí es un tanto decepcionante. No lo digo por su tamaño ni por sus jardines, de hecho, la ornamentación y aseo del lugar la hacen de las mejores del país, lo malo es que a diferencia incluso de entidades menores como parroquias, caseríos y pueblos, aquí el Libertador es solo un mero busto. Tiene amplias caminerías y grandes árboles muy bien cuidados.
Cuando hablaba de reliquias arquitectónicas y hacía referencia a las casas antiguas, es porque la mayor parte de ellas jugaron un rol histórico en la conformación de Venezuela, una de ellas es la casa del Balcón de los Álvarez donde, según algunos registros históricos, se hospedó Simón Bolívar en 1821 cuando se dirigía rumbo a Colombia.
Otra de las edificaciones en perfecto estado de conservación es la famosa Biblioteca Aguinagalde, esta institución ha servido a la enseñanza y a desarrollar un nivel cultural de los caroreños.
Además de la Catedral, Carora tiene la suerte de tener varias capillas de importancia. Una de ellas es la conocida como El Calvario, la cual data de 1787.
No quedé decepcionado de la ciudad. Sin duda, vale la pena conocer carora y su gente. Valió la pena la demora.
Mañana tengo algunas reuniones para finiquitar el cronograma de trabajo y el manual de procedimiento para la entrega del material con la Gobernación de Lara. Estaré de vuelta en Barquisimeto y el fin de semana nuevamente en mi San Cristóbal para disfrutar del juego Táchira - Santos correspondiente a la primera fecha de la Copa Libertadores de América 2011.

 Detalla de la Lara - Zulia saliendo de Barquisimeto
 Portal del Sol
 Catedral de Carora
 Detalle del busto del Libertador en la plaza Bolívar
 Biblioteca Aguinagalde
 Antiguo hospital de Carora, hoy sede del diario El Impulso
 Casa de la Cultura
 Capilla El Calvario
 Un tanto abandonada pero igual de llamativa es la Casa de la Diversidad Cultural, es un museo en el que se exponen artículos de la colonia no sólo propiedad de los españoles, también de los indígenas que poblaron estas tierras
 Esta capilla, denominada de Las Tres Cruces, fue la que más llamó mi atención. Lástima que no abrió durante mi visita
 Plaza en honor al prócer Jacinto Lara
Detalle de Carora colonial de noche