Este pueblo ha jugado un papel trascendental en mi vida. No sé por qué cada vez que quiero reestructurar algo en mi vida, necesariamente tiene que ver con Cordero.
De aquí guardo recuerdos muy gratos, otros muy amargos, pero igual, en todo está Cordero.
El pueblo en verdad no tiene nada que ver, conocer o visitar. Únicamente es interesante la plaza Bolívar y la iglesia; lo demás se desenvuelve en un manto de ruralidad y, aunque suene fuerte, hasta de mediocridad.
Cuenta con instituciones educativas y financieras de muy buena calidad, goza de los beneficios de estar cerca de San Cristóbal; sin embargo, no puedo comentar mucho del pueblo por la cantidad de razones ligadas a mi pasado. Particularmente a mi no gusta Cordero.