martes, 30 de marzo de 2010

Río Negro, Mérida

Enclavado en medio de las cumbres merideñas existe un incipiente pueblito conocido como Río Negro, sitio este del que no existe más referencia que la dada por los avezados ciclomontañistas y amantes de los deportes extremos.

La llegada al pueblo tiene lugar cruzando una sinuosa carretera en medio de las montañas, en sí, Río Negro es más bien una aldea donde sus moradores inician sus faenas diarias como todo campesino, desde las primeras horas del día. Aquí abundan los cultivos de papa y apio, siendo estos los rubros de sustento de Río Negro.

Poco después de las 10 AM, nos encontramos con un grupo de excursionistas alemanes quienes, con su defectuoso español, nos invitaron a tomar parte de su grupo de senderismo y ciclomontañismo.

La caminata fue larga, pero la experiencia y el entorno hacen que todo el esfuerzo merezca la pena. Tuve la valiosa oportunidad de ver el origen de uno de los ríos surtidores de la Represa Uribante - Caparo y, sobre todo, conocí lo estrecho y frágil del equilibrio ecológico de estos lugares.

Resalto que aquí no se puede buscar comodidad y confort, que Río Negro es un punto de escape hacia lo original y lo natural...

Vista de Río Negro desde una de sus montañas

Toma del paisaje en un momento de descanso

Subiendo hacia la naciente del río que da nombre al pueblo

Rápidos de Río Negro

Una toma de la naciente del río

La laguna glacial que da origen al río, zona apta para el pastoreo y cría de ganado

Mesa de Quintero, Mérida

Desde las primeras horas del lunes 29/03 salimos desde San Cristóbal rumbo al estado Mérida con la finalidad de conocer las potencialidades de algunos pueblos del sur de este estado de los Andes venezolanos.

Empezamos el recorrido atravesando Táriba, Cordero, El Cobre, La Grita y desde esta última ciudad tachirense, atravesamos los puntos carreteros más elevados del estado hasta llegar, a las 4:30 am, a la localidad de Pregonero, municipio Uribante.

Desde Pregonero hasta Mesa de Quintero, ya en el estado Mérida, predomina el páramo, la carretera por tramos es de tierra, nos favoreció que no estamos en invierno; pero en fin, la pequeña parroquia merideña es un sitio tranquilo donde sus habitantes solo se dedican a sus labores en el agro e incluso, aunque no me crean, no existe la televisión.

Acerca de lo llamativo, sencillamente el paisaje andino, que se roba toda la atención...

Pasando por El Guamá

Una pequeña muestra de la sabana andina

Otra

Iglesia y plaza Bolívar de la localidad