Hoy retomé mi trabajo por el norte del Táchira en un pueblo que tal vez pasa desapercibido en gran parte del estado por su lejanía; claro, San Simón es un polo agrícola y comercial importante para las aldeas del municipio, pero lo más resaltable de él es el dinamismo del mercado agropecuario con los pueblos del sur de Mérida.
El pueblo es capital de la única parroquia con que cuenta el municipio Simón Rodríguez y consecuentemente esto lo hace cabecera del mismo. su economía se basa en la explotación rural de la agricultura, la cual brinda el grueso de los ingresos a sus habitantes; la ganadería por momentos se encuentra en expansión y resulta bastante incipiente y el turismo es la actividad que últimamente busca hacerse un lugar en la economía del municipio buscando sacar provecho el eterno verdor de sus montañas, algunas de ellas poco exploradas, la abundancia de sus cursos de agua y sobre todo, un pueblo pujante que pese a lo remoto de su ubicación, enlaza perfectamente tradiciones y costumbres de antaño con el presente.
San Simón semeja a otros pueblos del Táchira, por citar algunos San Pedro del Río y Peribeca. Cuenta con calles empedradas, casas de estilo colonial donde resaltan los techos rojos y el colorido de las plantas que adornan las fachadas de la mayoría de las residencias.
La iglesia cubre las necesidades de la pequeña comunidad y realmente llama la atención por la calidad de sus imágenes y su frontis; frente a ella se ubica la plaza de Bolívar, fiel modelo de las tradiciones del lugar.
Sin temor a equivocarme, creo que estos dos lugares son la imagen representativa de un pueblo que abre sus puertas ofreciendo un turismo ecológico exponiendo lugares potenciales para su explotación.
Como expresé en líneas anteriores, existe en San Simón abundancia de cuerpos de agua que a menudo son utilizados como balnearios y también surten del vital líquido a zonas donde los acueductos aún no existen.
Tenía entendido que el municipio se había visto seriamente afectado por las lluvias, afortunadamente el trabajo mancomunado de organizaciones civiles y autoridades regionales lograron superar la situación.
Una queja que parece constante en la población es la falta de inversión y recursos de aprovisionamiento para el sector agrícola; fueron varias las personas que me manifestaron la carencia de materiales y equipos, además de la falta un acueducto que surta a las aldeas más distantes, detalles que potenciarían e incentivarían aún más la vuelta al campo que tanto pregonan los organismos nacionales.
A esta hora apenas conseguí posada en un hostal de Pueblo Hondo, lugar que pertenece al municipio Jáuregui y que es desconocido para mi. Parece que el Táchira guarda secretos incluso para sus propios hijos.
Dios mediante, mañana terminaré todo en San Simón y me dedicaré a conocer este lugar.
Entrada del pueblo de San Simón
Iglesia del santo homónimo al pueblo
Plaza Bolívar y al fondo, capilla de la Virgen del Carmen
San Simón cuando la neblina empieza a caer
Calle principal de la aldea La Hernández, ubicada en la vía a Pueblo Hondo