Regresé, que malo es estar de allá para acá tratando de resolver dificultades personales en mi ciudad y dejando de lado mi hoja de ruta por mi estado natal.
Hoy tuve la oportunidad de visitar nuevamente al pueblo de San Pedro del Río, destino turístico por excelencia en el Táchira y que muestra, al igual que Peribeca, lo más granado de las tradiciones andinas.
San Pedro del Río se ubica al sur del municipio Ayacucho, su acceso corresponde a seguir por la carretera San Cristóbal - La Fría y tomar su respectiva desviación para acceder al pueblo.
Si bien, la primera impresión al llegar al lugar no resulta ser la más agradable por la caída de un tramo del puente limitando su acceso a un solo carril, una vez nos adentramos en la localidad entramos a un mundo paralelo, donde parece que el tiempo se hubiera estancado hace cien años y donde la vida se basa en la rutina de las tradiciones antañonas.
San Pedro cuenta con todas sus calles empedradas resaltando la higiene y limpeiza en todas ellas. Sus casas blancas con zócalos multicolores y ornamentadas con plantas de distinta naturaleza le dan al pueblo un color representativo que recuerda esas viejas fotografías de los abuelos tachirenses.
Gran parte de las residencias han sido habilitadas para la venta de productos artesanales que se fabrican en lugar siendo los más destacados las muñecas y las vasijas de barro.
A decir verdad, el pueblo es bastante pequeño, pero cada espacio que se descubre es de gran valor para el turista. Son pocos los restaurantes que hay y los que existen se ubican en la entrada al pueblo. La industria de la dulcería también juega un rol trascendental para propios y extraños porque estos son productos de altísima calidad que siguen la preparación del generación tras generación.
La iglesia y el ambulatorio son las dos edificaciones de más reciente data de San Pedro del Río. La primera solo abre los domingos para las misas del día y el ambulatorio fue construido siguiendo los mismos patrones de construcción de las casas del pueblo.
La plaza Bolívar destaca por su limpieza, su paz y sobre todo, por la arborización tan completa y perfectamente mantenida por las autoridades locales.
En San Pedro del Río se pueden practaicar además actividades de motocross y equitación en espacios habilitados en las afueras de la localidad; claro, si las lluvias lo permiten.
Trataré de empezar de nuevo con mi ruta y me hospedé en la Gran Posada de San Pedro para iniciar mi fin de semana fuera de los ruidos de la ciudad.
Hoy tuve la oportunidad de visitar nuevamente al pueblo de San Pedro del Río, destino turístico por excelencia en el Táchira y que muestra, al igual que Peribeca, lo más granado de las tradiciones andinas.
San Pedro del Río se ubica al sur del municipio Ayacucho, su acceso corresponde a seguir por la carretera San Cristóbal - La Fría y tomar su respectiva desviación para acceder al pueblo.
Si bien, la primera impresión al llegar al lugar no resulta ser la más agradable por la caída de un tramo del puente limitando su acceso a un solo carril, una vez nos adentramos en la localidad entramos a un mundo paralelo, donde parece que el tiempo se hubiera estancado hace cien años y donde la vida se basa en la rutina de las tradiciones antañonas.
San Pedro cuenta con todas sus calles empedradas resaltando la higiene y limpeiza en todas ellas. Sus casas blancas con zócalos multicolores y ornamentadas con plantas de distinta naturaleza le dan al pueblo un color representativo que recuerda esas viejas fotografías de los abuelos tachirenses.
Gran parte de las residencias han sido habilitadas para la venta de productos artesanales que se fabrican en lugar siendo los más destacados las muñecas y las vasijas de barro.
A decir verdad, el pueblo es bastante pequeño, pero cada espacio que se descubre es de gran valor para el turista. Son pocos los restaurantes que hay y los que existen se ubican en la entrada al pueblo. La industria de la dulcería también juega un rol trascendental para propios y extraños porque estos son productos de altísima calidad que siguen la preparación del generación tras generación.
La iglesia y el ambulatorio son las dos edificaciones de más reciente data de San Pedro del Río. La primera solo abre los domingos para las misas del día y el ambulatorio fue construido siguiendo los mismos patrones de construcción de las casas del pueblo.
La plaza Bolívar destaca por su limpieza, su paz y sobre todo, por la arborización tan completa y perfectamente mantenida por las autoridades locales.
En San Pedro del Río se pueden practaicar además actividades de motocross y equitación en espacios habilitados en las afueras de la localidad; claro, si las lluvias lo permiten.
Trataré de empezar de nuevo con mi ruta y me hospedé en la Gran Posada de San Pedro para iniciar mi fin de semana fuera de los ruidos de la ciudad.
Como dato novedoso, no sé por qué ahora ingresar a blogspot me está dando tantísimos problemas...
Amanecer en las montañas tachirenses
Carretera San Cristóbal - La Fría
Entrada a San Pedro del Río
Arquitectura típica y sus calles
Arquitectura típica y sus calles
Muñequería y fábrica de artesanías ubicada en la esquina de la plaza Bolívar
Arquitectura típica y sus calles
Arquitectura típica y sus calles
Arquitectura típica y sus calles
Iglesia de San Pedro del Río
Detalle de la iglesia
El frondosísimo e inmenso samán de la plaza Bolívar de San Pedro del Río
Posada El Balcón
Después del chubasco, Iglesia de San Pedro del Río en todo su esplendor
En las calles de San Pedro del Río
Campana de la iglesia
Ambulatorio de la localidad, muy completo en atención
Capilla del Humilladero a la entrada a San Pedro del Río
Uno de los tantos negocios del pueblo
Arquitectura típica y sus calles
Arquitectura típica y sus calles
Arquitectura típica y sus calles
Esperando el atardecer en la plaza
Uno de los secretos mejor guardados de San Pedro es este puente, el Puente del Amor
Esperando la noche
Iglesia de San Pedro del Río a las 9:50 p.m.