Para comenzar a relatar, reitero que desde ayer en la tarde llegué a la ciudad de San Antonio proveniente desde Delicias, de allí puedo decir que es interesante la transición no sólo climática sino geológica de los territorios tachirenses; mientras Delicias es una zona de montaña donde predomina el frío a casi cualquier hora del día, a poco menos de 20 kilómetros nos encontramos con un valle muy caliente que continua su descenso hasta la vecina ciudad de Cúcuta. Pese a ello, son postales únicas las que se pueden conseguir en el paso de Novilleros y en las inmediaciones del cerro Las Adjuntas, desde donde se aprecia no solo la orografía sino incluso las trochas y caminos de los contrabandistas; no se puede decir que en estos lugares prospera la agricultura porque la verdad, no la vi, y si la hay es de subsistencia, nada de producción a gran escala.
Lo que de San Antonio sobresale de las demás localidades del Táchira es la facilidad para el comercio ya que no solo es importante su ubicación en la frontera, sino que sus habitantes se esmeran de explotar sus recursos al máximo. No solo figura la industria textil y de zapatería, tiene rol importante la marroquinería, la talabartería y en una escala no tan grande pero con ingresos seguros, la minería del yeso y la construcción.
Una vez llegué allí, lo primero que hice fue ubicarme en un lugar de referencia que conociera ya que, como les dije anteriormente, San Antonio es una ciudad viva que se extiende más allá de la conocidísima avenida Venezuela.
Inicié mi recorrido en la iglesia local y evidentemente eso me llevó a conocer la plaza Bolívar, tal vez los sitios más frescos y verdes de la capital del municipio Bolívar, la iglesia no ceunta en sí con una ornamentación especial por la semana santa, todo lo contrario, tenía un cariz de cotidianidad poco usual para estas festividades religiosas en la frontera. Ante la cercanía de la noche opté por tomar unas últimas fotografías a la plaza Bolívar y al monumento del Centenario, que aunque no se crea, es un monolito conmemorativo del natalicio del Libertador Simón Bolívar ubicado en este lugar en el año 1883.
Bien temprano en el día de hoy, empezaron los descubrimientos míos en la localidad. Primero apareció la plaza Rivas, modesta pero es la primera que veo en honor a este prócer independentista en todo el país. Metros más adelante se encuentra otra plaza, pequeña también pero que funge de centro de convenciones de San Antonio, incluso está dotada de su propia concha acústica, es la plaza Miranda, esta mucho más arborizada y limpia que la anterior, lo malo, no cuenta con ningún detalle que la referencie como homenaje a Francisco de Miranda, se conoce con ese nombre porque así la bautizó el colectivo y más nada.
No se puede venir a San Antonio sin conocer la meca de la industria local, pese a que pocos lo conocen, esta ciudad es la segunda en el Táchira que cuenta con un Centro Cívico, aquí están las oficinas de servicios públicos y de las principales aseguradoras locales. Uno de los edificios más antiguos de la ciudad es la Diex, antigua Dirección de Extranjería, ahora conocida como Saime; este fue sede también de la policía local en los inicios de la ciudad.
A medida que se avanza se va llegando más y más a lo que era la ciudad hace casi un siglo, empiezan a aparecer la Casa Municipal, la cual data de 1942; la Cruz Roja y como no, el Paseo Binacional, una mezcla de la arquitectura de principios del siglo XX y lo moderno.
Poco después del mediodía descubrí que había aún más por conocer, cerca del cementerio, en su parte posterior, existe una pequeña redoma que en verdad no indica nada, pero realza mucho el deprimido sector y cuadras más adelante está la plaza José Martí, sin duda de las más nuevas de la localidad dotada incluso con una fuente y con una suerte de tarima no tan majestuosa como la de la plaza Miranda. Aunque significaba para mi un retroceso, una señora me indicó que San Antonio también tenía su mirador, y vaya que a pesar del tiempo perdido si que valió la pena, es el Mirador de Cristo Rey, desde él se puede ver toda la ciudad en detalle.
Hablar de San Antonio es hablar también del principal ente rector en el comercio binacional, pese a que no tengo los detalles, estoy casi seguro que la Aduana de San Antonio es la primera de su tipo en Venezuela; por ella circulan más vehículos por día que en ningún otro lugar de América Latina y gracias al puente Simón Bolívar el eje San Antonio - Cúcuta puede preciarse de ser la frontera más activa del continente.
Saliendo del país está el parque Los Próceres, monumento que emula el conocidísimo parque homónimo de la ciudad de Caracas, con la diferencia que este está mejor organizado y se eleva al Libertador a las instancias que él merece.
Antes de finalizar debo indicar que la ciudad está experimentando un crecimiento artístico interesante que pocas veces se ve fuera de la ciudad capital del estado, abundan los murales conmemorativos y me causó muy buena impresión el hecho de que se haga la inversión de dotar de concha acústica y tarima a sus plazas, algo que a mi criterio debería también hacer San Cristóbal.
Aquí les dejó la muestra fotográfica de mi recorrido.
Vía rural de Novilleros
Al fondo, Cerro Las Adjuntas
Plaza Bolívar de San Antonio al caer la tarde
Cúpula de la iglesia de San Antonio
Interior de la iglesia
Vista externa del mayor templo local
Monumento al Centenario del Natalicio de Bolívar
Plaza José Félix Ribas
Concha Acústica de la plaza Miranda
Edificio del Saime
Centro Cívico de San Antonio
El nombre está dicho
Sede de la Cruz Roja de San Antonio, edificio con más de cien años de historia
Paso peatonal Bicentenario, así fue la vida en San Antonio a principios del siglo XX
Virgen en la redoma del cementerio
Detalle de la plaza José Martí
Fuente en plaza José Martí
Tarima en la misma plaza
Mural en Mirador Cristo Rey
San Antonio desde las alturas
Aduana de San Antonio
Parque Los Próceres
Bolívar en su pináculo
Mural de los Héroes saliendo de Venezuela