lunes, 28 de junio de 2010

Las Piedras, Mérida

La anterior entrada correspondía a la visita hecha el día domingo, hoy lunes continuamos viajando por el nordeste del estado. Después de pasar la población de Pueblo Llano, bajando en dirección hacia Barinas, el valle del río se estrecha considerablemente adoptando una forma de V. Se llega entonces a un nudo montañoso donde convergen varios ríos que refuerzan el caudal del río Santo Domingo, el cual cambia su curso hacia el sureste, dirigiéndose hacia los llanos de Barinas a través de un cañón de bastante profundidad formado por las faldas de los cerros que caen abruptamente, región ésta conocida como El Callejón del Viento.
En este punto de convergencia se unen el brioso río Aracay, que nace en las altas montañas que sirven de límite entre Mérida y Trujillo, el río Pueblo Llano, que nace en el páramo de La Estrella, cerca de Timotes y el río Santo Domingo. Todas estas aguas son recogidas por el gran embalse de la Represa Hidroeléctrica “General José Antonio Páez”.
La represa José Antonio Páez fue concluida en 1973 para surtir de electricidad a la región de Los Andes. Se encuentra interconectada al sistema del Guri. Para visitar la represa, se toma un desvío a mano derecha de la vía, un poco mas abajo del poblado de La Mitisús.
La pequeña población merideña que vemos encaramada en una meseta, a 1744 metros sobre el nivel del mar, muy cerca de la represa es Las Piedras. Se encuentra en el sitio donde el río Aracay se une al río Santo Domingo. Un lugar privilegiado por su clima fresco, con una temperatura media anual de 17º C y por sus escenarios naturales de valles y montañas que lo circundan.
Para ir a Las Piedras se sigue la vía de Santo Domingo y se toma un ramal de la carretera que aparece después del puente sobre el río del mismo nombre, donde se inicia la carretera hacia Pueblo Llano. Debemos desviarnos de nuevo a mano derecha, tomando una vía que sube en suave pendiente hasta el poblado. En total unos 4 kilómetros desde la vía principal. Su iglesia, de Nuestra Señora de La Candelaria, fue objeto de una remodelación que concluyó en diciembre de 1994. En su fachada de dos cuerpos vemos gran cantidad de vanos en círculos, que van a ser cubiertos con vitrales. En su interior de tres naves, con techo bajo a dos aguas de machimbrado y vigas de hierro, la luz penetra por los hermosos vitrales de colores iluminando el recinto por todas partes. Los vitrales representan la Virgen del Rosario, El Divino Niño, La Virgen del Carmen y San Isidro.
Su plaza Bolívar, de aspecto apacible, está sembrada de verdes cipreses muy bien podados y jardines de vistosas flores. El pueblo se extiende hacia la parte alta subiendo hacia la montaña y sus dos calles principales se cortan con algunas transversales. Algunas casas viejas en la parte de abajo presentan un aspecto descuidado: se han desplomado los techos de tejas y en su lugar han sido reemplazados con láminas de zinc, lo cual afea al poblado. Hacia la parte derecha de la Iglesia hay una vía que conduce al cementerio, el cual se encuentra en otra meseta al lado del pueblo. Desde allí contemplamos una vista maravillosa del pueblo, las montañas que lo circundan, con la Sierra de Santo Domingo al fondo, así como la represa “José Antonio Páez”.
Cerca de Las Piedras se encuentran algunas aldeas encaramadas en la montaña, como Aracay, donde se pueden observar los campos de cultivos de hortalizas.
Al salir del pueblo nos podemos detener en un lugar muy adecuado para descansar, llamado el Parque Las Piedras, el cual está en la parte baja de la meseta. Por allí pasa un río muy espumoso, que brama entre las blancas piedras. En sus riberas, un verde prado de fina hierba y vegetación de alta montaña, nos invita a descansar. En los alrededores hay lugares para acampar y kioscos para asar carne.
Hay una posada de construcción reciente de nombre Valparaíso, ubicada enfrente de la plaza. Posee 24 habitaciones para alojar a los visitantes.
Las Piedras fue fundada en el año 1600 por Pedro Valero, con el nombre de Valparaíso. En el pasado fue un lugar de paso para los viajeros que viniendo desde Mérida, se dirigían hacia Timotes, Valera o Barinas. En aquella encrucijada de caminos se formó con el tiempo una calle larga donde se ubicaban las distintas ventas y posadas para el descanso de los viajeros. En las largas noches de ocio, la gente se dedicaba al juego de dados, y cartas. En el día el entretenimiento principal eran las peleas de gallos.
Durante la reforma agraria en 1960 vinieron a esta región algunos agricultores de las Islas Canarias para enseñar las técnicas del cultivo de las hortalizas a los campesinos del contorno. Estos expertos del agro les alquilaron los terrenos para sembrarlos y enseñarlos a trabajar la tierra con nuevos métodos. Gracias a este proceso de renovación podemos ver hoy los resultados: una agricultura muy próspera y diversificada, que ha favorecido el desarrollo de la región.

Carretera Transandina vista desde Pueblo Llano
El pueblo de Las Piedras, a pocos kilómetros de Pueblo Llano
Ya a esta distancia nos parecía muy llamativa la iglesia
Prefectura de Las Piedras
Parte de la Plaza Bolívar
Iglesia de Las Piedras, bella desde donde se mire
Embalse de Santo Domigo y sus campos cultivados
Cultivos de hortalizas en Las Piedras, al fondo, Los Andes
Embalse de Santo Domingo
Embalse de Santo Domingo a media tarde. Mérida cada día me sorprende más
Caminerías hacia la cascada Velo de Novia en Las Piedras
Velo de Novia
Iglesia de Las Piedras al final de la tarde