El pueblo, de casas coloniales con viejos tejados manchados por los líquenes, respira lozanía y frescura a lo largo del día. El sol, saliendo a ratos entre la neblina, comienza a calentar las frías paredes de las casas. Es completamente llana la parte baja del pueblo, haciendo honor a su nombre. Aquí se encuentra la plaza y en sus alrededores la Alcaldía, la Iglesia, la Casa Cural y una sucursal bancaria. La plaza está siendo remozada actualmente en sus caminerías y pisos que han sido reemplazados por unas lozas relucientes en terracota esmaltada.
La iglesia, de estructura sencilla, posee una fachada lisa decorada con molduras imitando frisos y pilastras. Culmina con un frontis triangular en la parte alta en donde se apoya una cruz de hierro. El templo está bajo la advocación de la Santísima Trinidad. En su altar, iluminado por la luz natural que penetra por las ventanas sobre el ábside, se observa una imagen de la Santísima Trinidad en el centro, acompañada de la Virgen del Carmen y San José.
El edificio de La Alcaldía, situado en una de las esquinas de la plaza, también fue muy bellamente restaurado por el Gobierno de Mérida y sus obras concluyeron en enero de 1999. Es una construcción de dos pisos, dentro del estilo rústico de las nobles casonas andinas del pasado. En su interior, de agradable sencillez, se encuentra un patio central rodeado de corredores que dan acceso a las distintas oficinas gubernamentales. Llama la atención los pisos de la parte superior y toda la armazón de madera de samán del recinto, traída desde Barinas y Guanare. Los pisos rústicos en loza de terracota y los muebles en caoba oscura complementan la decoración.
El pueblo consta de dos calles principales longitudinales que corren en sentido este-oeste, Sucre la de subida y Bolívar la de bajada, cortada por perpendiculares, siguiendo el modelo de cuadrícula española. Una cuadra arriba de la plaza hay algunos establecimientos comerciales, como farmacia, restaurantes, ferreterías, tiendas de ropa y una posada colonial de reciente construcción. Hacia la parte sur del pueblo se encuentra un estadio de béisbol con graderías, en donde se estaba jugando un partido de softball del equipo local, en contra de la representación de Santo Domingo. Este deporte es muy popular en los pueblos del páramo, lo cual es motivo de asombro para algunos visitantes. Es una pequeña muestra de nuestra pasión por el béisbol.
Hacia el norte, sobre una pequeña meseta, se encuentra el cementerio de la población. En el altozano del pueblo hay una simpática plazoleta donde se unen las dos calles principales, desde allí se columbra todo el valle del río.
Pueblo Llano ha crecido mucho en los últimos años debido al auge de los cultivos de papa y hortalizas, siendo actualmente la segunda población del páramo merideño con 8.535 habitantes. Pueblo Llano tiene un hospital el cual es un modelo para la región, por sus excelentes instalaciones y la atención médica que allí se brinda. Además, los jóvenes se pueden preparar allí, sin necesidad de emigrar a otros pueblos, pues tiene un liceo y una casa de la cultura donde funciona una biblioteca.
En todo el pueblo se palpa inmediatamente la prosperidad alcanzada por esta comunidad de vocación agrícola que trabaja muy duro en sus campos para generar riquezas. Los campos de cultivo arrancan desde los linderos del pueblo, suben por las laderas de los cerros y se pierden entre la fría niebla de los páramos. Al lado de la agricultura tecnificada, también se observan las técnicas tradicionales con el arado de bueyes.
La gente del lugar es bastante amable, comunicativa y servicial. Aquí el turismo todavía no ha contaminado a las personas con el afán de hacer dinero fácil. La niña no nos acepta una propina por su amable servicio.
Pueblo Llano es un emporio agrícola del estado Mérida, en donde se produce más del 70% de toda la papa y la zanahoria de Los Andes.
Saliendo del pueblo hacia la parte oeste se encuentran los principales campos de cultivo. Es una ruta muy bonita en donde nos encontramos con casas y aldeas diseminadas en un valle bastante amplio, regado por la quebrada la Capellanía. Al lado de la carretera se encuentran los depósitos de papa y los lavaderos de zanahoria que será llevada a los mercados de todo el país. Esta carretera fue el camino que seguimos desde Timotes, atravesando los Páramos de la Estrella y La Culata.
Como dato curioso, Pueblo Llano fue fundado, según una inscripción que encontré en la Alcaldía, por el mismo fundador de mi querida San Cristóbal, Don Juan de Maldonado y según los anales del pueblo, fue un lugar de encomiendas durante la época colonial.
Saliendo de Timotes para atravesar el Páramo de La Estrella
Este araguaney llamó mucho mi atención porque es la primera vez que veo uno
Las montañas merideñas, siempre tan llamativas
Cultivos de hortalizas en el páramo La Culata, de mis mejores fotos
Cultivo de hortalizas en pleno riego en La Culata
Iglesia de la aldea La Culata
Otra toma de la iglesia paramera
Las cumbres andinas vistas desde lo más alto del páramo La Culata, otra de mis mejores fotos
En la distacia y disgregada, Pueblo Llano
Posada turística a pocos kilómetros de Pueblo Llano
El ornato y aseo de las plazas merideñas es excepcional
Pueblo Llano y su iglesia desde un costado de la Plaza Bolívar
Bolívar en Los Andes
La iglesia, y de repente se oscureció y llovió
Pero la lluvia nos regaló esta imagen
Alcaldía de Pueblo Llano
Iglesia de Pueblo Llano, un pueblo que echaré de menos
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Pueblo Llano y su iglesia desde un costado de la Plaza Bolívar
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Alcaldía de Pueblo Llano
Iglesia de Pueblo Llano, un pueblo que echaré de menos