Más allá de Santa Ana del Táchira se encuentra un pueblito que si bien es poco conocido incluso por los mismos tachirenses, es de los más pintorescos que he conocido, se trata de Río Chiquito.
El nombre tan peculiar se debe a que en sus estribaciones nace el río Quinimarí, en gran parte de su recorrido aún se conserva limpio por estas tierras.
Río Chiquito cuenta con calles empedradas y casas pintorescas con colores pastel y resulta ser interesante no por su historia ni por rol alguno que haya tenido en el paso del tiempo, es llamativo porque pese a lo alejado que está de cualquier otro lugar, cuenta con una iglesia grande y perfectamente acondicionada.
Sus carreteras, tanto rurales como vías principales, están en perfecto estado, esto es algo que, unido al eterno bosque de montaña que cubre toda la vía, hacen de esta aldea uno de los sitios posibles en la explotación turísitca.
Originalmente tuvo alguna importancia económica, esto queda atestiguado con la apertura del primer pozo petrolero de Venezuela en la aldea La Petrolea, hoy extinto en su producción. También pude apreciar en mi recorrido, que alguna vez contó con un molino de grandes proporciones. En cuanto a la primera de las estructuras relatadas, hoy forma parte de un parque denominado La Petrolea y en cierto modo, se conserva. En cuanto a la segunda, no se puede decir lo mismo ya que sus instalaciones fueron abandonadas y empieza a manifestarse el deterioro por las mismas condiciones ambientales del lugar.
Realmente no hay mucho que decir, y me excuso también por el cansancio que he tenido en días recientes, algo que ha intereferido en ser más constante con mi bitácora. Aquí les dejo algunas tomas de Río Chiquito.