Regresando nuevamente a las montañas uribantinas hasta las planicies del
municipio Libertador, viniendo desde mi San Cristóbal, representa un
cambio total en cada uno de los pormenores del viaje.
Carretera Pregonero - Maporal - La Fundación
Río Uribante a su paso por Maporal
Estos días he seguido la travesía del río Uribante por cada una de las aldeas y caseríos que cruza tan importante arteria fluvial y lo más trascendental es el fuerte empuje agrícola que tiene este municipio; Maporal y La Fundación son los primeros vestigios de urbanismo en esta zona. De Maporal es poco lo que se puede decir más que es un caserío en formación; no así, La Fundación, aldea de gran importancia en materia religiosa y social, dominada desde la distancia por un árbol de mango centenario; sus calles son empedradas cual típico pueblo andino, con un clima templado donde además, el ornato y aseo de la plaza Bolívar y de las principales calles de la localidad hacen que esta sea de mayor agrado a quienes viven en La Fundación o quienes, como en mi caso, la visitan.
Mural a la entrada de la plaza Bolívar de la aldea
Por las calles de La Fundación
El mango centenario
Iglesia de San José en La Fundación
Panorama desde la aldea
Monumento al Libertador
Acceder a estos parajes de la geografía uribantina es un tanto complicado por cuestiones de distancia geográfica y baja densidad poblacional, de hecho, para llegar a La Fundación es necesario contar con una línea municipal que envía sus autobuses cada hora o, en el peor de los casos, viajar con la línea Expresos Barinas desde la ciudad de Barinitas.
El descenso de la carretera es continuo y agotador; sin embargo, vale la pena observar cada uno de los fundos y pequeñas fincas en producción. Da satisfacción observar que pese a tantísimas limitantes geoeconómicas, los uribantinos no dejan de producir.
Varios kilómetros más delante en el camino aparece el caserío Los Caños, drenado por un conjunto de quebradas que van a parar al majestuoso Uribante y que en su tratecto dejan ver una cascada de aguas cristalinas bautizada con el nombre de la localidad; también Los Caños cuentan con una capilla que al momento de mi visita, estaba siendo utilizada por un cortejo fúnebre, de modo que me fue imposible fotografiar su interior.
Cascada de Los Caños
Capilla del sector Los Caños
El majestuoso Uribante
Panorama desde Los Caños
A estas alturas del camino, los descensos de la carretera se hacen más
empinados y las curvas mucho más peligrosas, por lo que hay que tener en
cuenta que la vía carece de señalización adecuada y que en muchos
tramos los propietarios de fincas se han apoderado de terrenos que por
derecho corresponden a la vialidad y consecuentemente se hace muy
difícil maniobrar un vehículo por los obstáculos que ellos ponen; estos
son los dominios del Cerro El Bolón, tierras ricas en nutrientes desde
tiempos inmemoriales y que se aprovechan no solo para la agricultura
sino también para la cría de curvinas y truchas.
Cerro El Bolón
A las faldas de El Bolón
Piedra del Ovni en el río Uribante
Formaciones rocosas a las márgenes del río
La entrada a las planicies tachirenses la constituye el Cerro El Viso; desde este mirador se obtienen panoramas inimaginables del río Uribante; se divisa no solo los llanos sino gran parte de la carretera recorrida desde las montañas, sembradíos y como no, el ganado vacuno guiado por algún agroproductor.
El último paraje lo hice ayer en la localidad de San Joaquín de Navay, ya en territorios del municipio Libertador, desde donde escribo estas líneas. Aquí el Uribante ya toma forma de un gran río y en muchas zonas se hace navegable por embarcaciones pequeñas. La vida de gran parte de los habitantes de La Abisinia, como se conoce este sector, transcurre alrededor del río; es aquí donde queda más que claro el dicho "Agua es Vida".
Desde dos ángulos distintos y en el mismo sector, el Cerro El Viso; nótese el Uribante llanero
Y el Uribante montañero
Río Uribante cercano a la aldea La Laguneta
Vista de La Laguneta
Capilla de La Laguneta
A escasos diez kilómetros de La Abisinia, el Uribante
Puente de La Abisinia