La ciudad capital del estado Cojedes ha venido poco a poco cobrando cierto dinamismo económico y comercial producto de la cercanía a otras ciudades igual de importantes en la producción del país.
San Carlos cuenta con una excelente producción de trigo y sorgo, la producción de maíz es también muy importante, solo que a diferencia de las demás, este rubro se encuentra bastante mecanizado y se emplean técnicas de producción muy modernas, quedando en el recuerdo las estrategias productivas de antaño.
Son muchas las cosas que se pueden contar de esta ciudad, gracias a Dios tuvimos la oportunidad de conocerla durante este fin de semana que pasó y pudimos apreciarla casi en detalle. Para comenzar, la primera impresión de la ciudad es la organización y ornato, un casco central que data de tiempos de la Colonia donde sus edificios más representativos se mantienen operativos y en perfecto estado, a pesar que se les ha hecho mantenimiento reciente, se respeta mucho las características arquitectónicas de la época; el palacio de Gobierno y la casa de los gobernadores son solo dos de las muestras de esta categoría, sin despreciar, claro está, la Casa Museo La Blanquera, lugar donde se dice que se dieron los últimos trazos para la Batalla de Carabobo.
Mención aparte merecen sus templos religiosos, la iglesia de San Juan y la Catedral son dos instalaciones que todo venezolano debería visitar alguna vez en su vida, sus retablos y altares son del siglo XVI y ambas están rodeadas del verde de las plazas que las circundan.
En el plano deportivo, resaltan las instalaciones del autódromo de igual nombre, importante circuito automovilístico que cuenta con la vuelta más rápida de América Latina y que además ha sido la sede de cuatro mundiales de motociclismo en la década del setenta. También tuvimos la oportunidad de disfrutar la victoria del equipo local de fútbol, el Atlético Cojedes, de la segunda división B de Venezuela, ante un equipo de La Victoria , de tres a cero; el estadio no tuve el detalle de conocer siquiera cómo se llamaba, pero es bastante modesto, tal vez este fue lo único que no me gustó de la ciudad.
Y si lo que se busca es el tan de moda turismo ecológico, una novedad que parece ir ganando terreno en los Llanos del país ya que la mayoría de los hatos han abierto sus puertas para recibir a los visitantes, me gustó el pueblo de La Sierra, cercano a San Carlos y también el parque Acquaventura con sus instalaciones en el balneario Boca Toma.