miércoles, 8 de septiembre de 2010

Lima Blanco, Cojedes

Los últimos días los hemos pasado bien, paseando por algunos sectores de Cojedes que no son muy conocidos que digamos, pero en este caso, queríamos alejarnos de la rutina que da estar todo el tiempo en transmisión de datos y revisando todas y cada una de las empresas ganaderas de esta región de los llanos centrales de Venezuela, por ello, y en vista que de igual manera teníamos que llegar a la ciudad de San Carlos, decidimos hacer un recorrido por los pueblos que hay entre Tinaquillo y la capital del estado.
No hay duda que dejar Tinaquillo me llenó de nostalgia porque estoy acostumbrado a trabajar con todas las herramientas a mi disposición y sé que a partir de la otra semana otra vez estaré con mi grupo de trabajo en parajes desolados, con carencias y algunas incomodidades más.
La primera parada que hicimos fue en el pueblo de La Aguadita, este es un sitio sin mucha trascendencia, eso sí, muy fresco y cuenta con un patrimonio natural del estado, unas aguas termales homónimas, que atraen a algunos turistas, pero como siempre lo he dicho, aunque se tenga todo el potencial, falta la promoción... Lamentablemente las Aguas Termales de La Aguadita son poco conocidas por el resto del país, al menos yo las desconocía. Aquí tuvimos un pequeño impasse con el personal que hace vida en estas instalaciones, pues entramos a tomar un baño y cuando regresamos nos habían sustraido dos cámaras y una de las laptops; en fin, este sitio nos dejó algo que lamentar.
Desde aquí nos dirigimos a Tamanaco, situado a escasos kilómetros de La Aguadita, es un pueblo aún más pequeño que el anterior y toma su nombre de uno de los caciques de los pueblos mariches que habían durante la Colonia, tristemente célebre por su ejecución en manos de los conquistadores españoles. Tamanaco realmente es un pueblo meramente campesino, donde lo que más destaca es la producción de árboles frutales para una posterior comercialización en los dos polos comerciales entre los que se ubica, ya sea San Carlos o Tinaquillo.
Desde aquí empezamos la travesía hacia San Carlos, no sin antes entrar al pueblo de montaña de Manrique, muy parecido al pueblo de Pánaga, en San Cristóbal, es un pueblo enclavado en medio del verde monte y a pesar de la cercanía con San Carlos, es netamente rural.
No queda mucho que decir, hoy llegamos a San Carlos y esperamos contar con la colaboración del gobierno municipal para contabilizar datos de esta entidad. Próximamente regresaremos al Táchira, Dios quiera que así sea, ya me hace falta mi gente y no es bueno vivir de la nostalgia.

Detalle de la carretera entre Tinaquillo y La Aguadita
Amanecer en Manrique, el llano siempre da este tipo de vistas, sencillamente fenomenales
Las pequeñas granjas dan este aspecto de simplicidad que conmueven al citadino
Monumento a Tamanaco en la entrada a Manrique, esta fue la mejor toma
El llano visto a su nivel
Esta es la plaza Bolívar de Manrique y así está siempre... Sola
Luego de una pertinaz lluvia, así se ve el pueblo
Bolívar espectral
La noche llega y San Carlos nos espera