lunes, 3 de enero de 2011

Barquisimeto, Lara

Fin de año y retorno a las actividades laborales. Es increible como puede cambiar el estado de ánimo de uno cuando se trabaja y cuando se está libre de cualquier actividad.
He llegado a la conclusión que el ocio es realmente la madre de todas las tragedias; es inclusive tan problemático que llega a desequilibrar la tranquilidad de cualquiera de nosotros.
Yo tuve la mala experiencia de tener que terminar una relación de años, donde se compartieron tantas cosas, y que sin duda alguna que lleg{o a modificar muchas cosas, pero ocuparme en cuestiones más íntimas como la familia, la casa, los amigos que durante un año no vi, en fin, tantas cosas que uno no valora pero que sin duda juegan un rol importante en la vida de uno, son capaces de hacer olvidar o mejor, de hacer superar cualquier bache de la vida.
Desde hoy empiezo a trabajar solo y parto con la incertidumbre de no saber si es mejor o peor que antes, si lo veo desde el punto de vista idílico, es mejor porque al fin tendré la libertad de hacer cuanto quiera, sin límite de tiempo, pero eso sí, cumpliendo con mis obligaciones contractuales.
Salí a las 7:10 am de San Cristóbal con destino a la ciudad de Barquisimeto, los días previos fueron de descanso y relax total en mi ciudad natal. Tuve el gusto de estar con mi familia para las fiestas navideñas y de fin de año, nada especiales por cierto, pero donde las tradiciones de siempre me remontaron a tiempos de la infancia, con la única diferencia que ahora mis hermanos y yo estamos en cumplimiento de muchas funciones y haciendo nuestras vidas y nuestros padres, los otrora héroes de cualquier cosa, ahora están más viejos y sus fuerzas han menguado. Tal vez esto último fue lo que más me pegó al tener que dejarlos, afortunadamente soy el primero en reincorporarme a trabajar y no tengo que pasar por el hecho de dejarlos solos.
Durante el trayecto a la ciudad crepuscular me complació mucho ver que las lluvias han menguado en gran parte del país y que poco a poco muchos lugares han regresado a la normalidad. Obviamente se necesita mucho más que intención y sermones políticos para salir de un problema tan grave como el que dejaron las lluvias en sectores bajos de Barinas y Portuguesa, hay que invertir y no solo eso, trabajar mancomunadamente por el bien del país. Ojalá que todas las promesas dadas por el gobierno nacional no se queden en eso y que realmente se pueda proyectar al país otra vez a la vanguardia de América.
Barquisimeto estaba sola al momento de mi llegada, en el transcurso del día fueron llegando las personas que migraron durante las vacaciones decembrinas y del mismo modo se fue retornando a las actividades cotidianas. Mi estadía aquí está condicionada por el tiempo y por ello únicamente pude registrarme en el Hotel El Príncipe para pernoctar la noche de hoy y a partir de mañana viajaré hacia el noroeste del estado.
Desde mi llegada ha llovido esporádicamente y en parte estos chubascos han mitigado el sopor característico de la ciudad. La verdad, no tuve ánimo de salir a pasear por la ciudad, es por ello que a partir de mañana empezaré nuevamente a relatar mis experiencias de viaje.
Año nuevo, vida nueva para todos y que Dios delante, todos los proyectos que nos planteemos sean bien encaminados.