Tomé la carretera a eso de las 9 de la mañana rumbo a Capacho - Independencia o mejor conocido como Capacho Nuevo, un pueblo en expansión demográfica que en poco tiempo, al igual que otros pueblos que circundan los alrededores de San Cristóbal, integrarán un área metropolitana enorme.
Capacho Nuevo se ubica en una zona montañosa de constante flujo vehicular debido al paso obligatorio de quien se dirija a la frontera colombo - venolana.
Los inicios del pueblo datan de finales del siglo XIX y se conoce que su fundación fue producto de uno de los desastres naturales más fuertes que ha atravesado el Táchira en toda su historia, el terremoto de Villa del Rosario, al punto que el lugar original de Capacho quedó reducido a escombros y sobre ellos se erigió el Capacho - Libertad, los otros pobladores tomaron otras consideraciones y fundaron el nuevo Capacho unos kilómetros más hacia San Cristóbal, hoy tal separación es inexistente.
El tránsito hasta el pueblo, partiendo desde San Cristóbal, toma alrededor de los 40 minutos o más para un trayecto de apenas 15 kilómetros, ello se debe en gran medida a que la carretera es muy angosta, la fluidez vehicular muy densa y ahora, luego de las lluvias, es una zona con varios deslizamientos de tierra.
La entrada al pueblo está marcada por el parque de Los Restauradores, en estos momentos sometido a remodelación y cuya figura más destacable, bajo mi criterio, es El Mandolinista, que a pesar de ser una escultura reciente está muy bien trabajada.
Entrar a Capacho es remontarse, en cierto modo, a principios del siglo XX; el caracter militarista de muchos de sus fundadores aún perdura en los pobladores y ello queda atestiguado en que aún se conserva el Cuartel de los tiempos del General Castro, intslación militar modesta cuyo fin est{a marcado por la estatua de La Campesina, que al igual que su epónimo masculino ubicado frente a la Alcaldía, fueron traidas de Francia a comienzos del siglo XX.
Tal vez los dos iconos más representativos de Capacho son los leones y el mercado popular, de este último se resalta que es una edificación enorme y techada completamente, que de no ser por carecer de paredes que lo delimiten, semejaría un templo. Los leones y la fuente que adornan dicho mercado también fueron traídos de Francia en la primera década del siglo XX.
La vida cultural del pueblo viene enlazada con su rica historia, como dije en líneas anteriores, los Restauradores y Cipriano Castro marcaron para siempre a los pobladores de Capacho, es por ello que en honor a su gesta se está gestionando la fundación de un museo en pleno centro del pueblo.
Resaltante también el Zoológico de La Laguna, cuyo atractivo principal es el enorme cuerpo de agua que le da su nombre y que sirve de hábitat para algunas especies de caimanes; se está gestionando también la reincoporación de un par de osos frontinos a su ambiente natural. También es posible observar gran variedad de aves y monos. Por si fuera poco, recientemente la administración del parque zoológico y la alcaldía se dieron a la tarea de construir algunas atracciones infantiles y una fuente de soda para para el mayor disfrute del colectivo.
De regreso a San Cristóbal, es imposible dejar de visitar la plaza Bolívar y la iglesia de San Pedro. La iluminación y remodelación de la plaza es de años recientes y todo el conjunto le da un impacto visual único, sobre todo al anochecer, de tranquilidad, ornato y organización.
Valioso también es conocer el monumento a Los Fundadores, lo lamentable es que los amigos de lo ajeno sustrajeron la placa de bronce que los identificaba.
Capacho es uno de esos lugares que siempre se esmeran en dar una buena impresión. Su gente resalta el gentilicio tachirense por su cordialidad y laboriosidad. El único punto negativo que tiene el pueblo es que sus instalaciones deportivas, muy bellas eso sí, hayan sido habilitadas para acoger a los damnificados por las lluvias y, sin llegar a ser clasista ni buscar generar polémica, esa problemática y la fuerte explosión demográfica del pueblo han hecho que la tasa de criminalidad, aún muy baja para la cantidad de población que tiene, empiece a ser motivo de preocupación. Lo digo porque hasta la fecha no se ha presentado ningún organismo a ofrecer alternativas de reubicación y la majestuosidad de dichas instalaciones se puede perder y peor aún, la misma seguridad de la población verse afectada. Lo bueno es que, conociendo a los capachenses, muy seguramente trascenderán toda esta situación con su característico esfuerzo, trabajo y dedicación.
El Mandolinista
Entrada al pueblo, al frente la Alcaldía y la famosa estatua de El Campesino
El Campesino
Extensión de la Alcaldía y algunas casas
Vista posterior del Libertador en su plaza
La Alcaldía desde el parque de Los Restauradores
Simón Bolívar gallardamente erigido, de fondo, la iglesia San Pedro
Iglesia San Pedro y como parte de la decoración de la plaza, los símbolos patrios
Caminerías de la plaza Bolívar
León a la entrada al mercado de Capacho
Fuente de bronce, decoración del Mercado
Vista lateral del Mercado de Capacho
Restaurant La Molinera
Entrada al Museo Cipriano Castro
Interior del museo
Cuartel de Capacho y estatua de La Campesina
Entrada al cementerio municipal
Bohíos de la fuente de soda del Zoológico de La Laguna
Monumento a Las Madres
Jardín Zoológico de La Laguna
Estatua de Cipriano Castro
Monumento a Los Fundadores
Panorámica del pueblo
Iglesia de San Pedro
Atardecer bajo la lluvia en Capacho
Comienzo de la noche en la plaza Bolívar